LA INMIGRACIÓN

  Finalizada la "conquista del desierto", se inicia el repoblamiento de los territorios usurpados a los indígenas e irá surgiendo una nueva forma de organización política. En este proceso se reemplazará a la antigua, de extracción aborigen, y se derivará en otra, ya no la de los cacicazgos, sino a través de la conformación de un Territorio Nacional, con absoluta dependencia del gobierno central, ubicado en Buenos Aires.
La colonización que "viene del este", reconoce sus inicios en la Ley 947, del año 1878, que autorizó la emisión de un empréstito. Con él se financiaron las campañas militares y la mensura de tierras. Tres leyes complementarias permiten subastar títulos de propiedad de tierras en Europa, premiar con tierras a los militares intervinientes en las campañas al desierto y organizar los territorios nacionales.
 

 

 
  El poblamiento sedentario ligado a la propiedad de la tierra debió esperar la concreción de la mensura y la delimitación catastral. Una vez concretadas estas tareas la tierra se entregó en propiedad sin delimitar cantidades y sin establecer la obligatoriedad de ponerla en producción. Surgen entonces enormes latifundios que permiten distintas formas de especulación y grandes vacíos productivos.
En estos primeros años de organización territorial, a partir de 1882, también los movimientos migratoríos fueron una constante. La "pampa" resultaba un lugar atractivo de asentamiento tanto para los extranjeros como para aquellos que venían de otras provincias. Esta inmigración interna y externa, esta vez pacífica, estuvo condicionada por las fluctuaciones de la demanda y de las inversiones de los países protagonistas de la Revolución Industrial.