LA INMIGRACIÓN

 

LA ECONOMIA TERRITORIANA
Varios fenómenos se conjugaron para que esta actividad adquiriera importantes proporciones con el tiempo.
Por un lado, junto con la explotación agrícolo-ganadera se da la del caldenar, que implicó el desmonte que permitía nuevas tierras para sembrar.
El tendido de la línea férrea que llega hasta esta zona contribuye con la formación de pueblos obrajeros: Rucanelo, Ingeniero Foster, Naicó, Quehué, La Maruja y Luan Toro, con gran movimiento poblacional y económico. Esas mismas vías servían para transportar el producto forestal.

 

 

 

Además, ante la escasez de carbón inglés, usado en nuestro país durante la Primera Guerra Mundial, éste se sustituye por leña argentina y La Pampa aporta un significativo caudal de ese combustible. Los departamentos Capital, Toay, Atreucó y Guatraché fueron los más explotados, siguiendo Loventué y Conhelo.
Luego del conflicto bélico la demanda disminuye y decrece también la explotación, hasta casi paralizarse.
A fines de la década del ’30 se inicia una nueva etapa de la explotación orientada a la industrialización. Se establecen aserraderos y parqueteras en la zona del caldenar. Durante la Segunda Guerra Mundial se necesita nuevamente leña. No sólo el ferrocarril la usó sino también las usinas para alimentar las máquinas. Para ese entonces ya no ingresan parquets al país y se los fabrica aquí. Pero pronto finaliza ese momento de auge y nuevamente comienza a declinar la actividad hasta hacerse estacionaria.