LA INMIGRACIÓN

  OTROS MIGRANTES
Muchos llegaron para instalarse definitivamente; otros lo hicieron en forma temporal. En la etapa correspondiente a 1900 y 1915 aproximadamente llegaron aquí personas de otras provincias, en particular respondiendo a la necesidad de mano de obra que requería el campo. Se instalarán principalmente en el oeste pampeano dedicándose a la cría extensiva de ganado lanar, conformándose una nueva realidad cultural de raigambre criolla. Se van sumando a ellos unos pocos extranjeros dedicados al comercio de ramos generales, acopio de frutos del país y a las ventas ambulantes.
A la zona del caldenar llegan hacheros que venían de San Luis, Santiago del Estero y Corrientes. Solos o con sus familias, fueron un aporte significativo para el poblamiento, aunque en general no se afincaban.
Muchos regresaron a sus provincias de origen cuando la actividad cesó dejando evidencias de su pasado por la región. A modo de ejemplo se pueden observar las influencias que recibe el folklore musical pampeano a través de los hacheros santiagueños.
Cabe hacer notar que también llegaron trabajadores "golondrina": bolseros, estibadores, changarines, poceros, puesteros y otros, entre ellos los encargados de extender las líneas de los nuevos ferrocarriles.
Es que el tendido de la línea férrea, durante los primeros años del siglo XX, que aceleró la formación de nuevos pueblos y obrajes en sus zonas aledañas, acompañó las explotaciones agropecuarias, en particular las relacionadas a la agricultura del trigo. A la demanda de mano de obra agrícola, respondió fundamentalmente la migración extranjera que se incorporó a la economía de intercambios funcionando como colonos arrendatarios y de pequeños propietarios.
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



Las dos nacionalidades con mayores aportes y de manera constante son la italiana y la española. Pero también se hicieron presentes los alemanes del Volga, los judíos, los franceses, etc. En particular ocuparán la zona noreste, fértil, apta para la agricultura y que se volverá de tradición triguera.
Fue entre 1887 y 1912 cuando se produjeron los mayores aportes de esta inmigración. A partir de entonces la declinación es muy pronunciada aunque durante el período 1914-1920 se mantiene constante el porcentaje de extranjeros.
La colonización adquiere nuevas características. Ya no son hombres poderosos como Tomás Mason, fundador de Santa Rosa en 1892, o Adolfo Capdeville, de Telén en 1901, los dinamizadores del poblamiento sino empresas colonizadoras que los reemplazarán. Con la instalación del ferrocarril se habían loteado las tierras aledañas, muchas de las cuales ocuparán los colonos.
La agricultura cerealera compite por el espacio con la ganadería. Le ganará, en parte, ocupando las mejores tierras en áreas de precipitaciones suficientes. Surge un nuevo modelo económico y una nueva conformación cultural que va a trascender luego entre estudiosos y escritores como "la pampa gringa".
Los inmigrantes se fueron "apropiando" de esta pampa rural y urbana que se ofrecía para la conquista, la aventura, el trabajo. Poco a poco se acomodaron a la vida cotidiana pampeana con su música, sus danzas, sus comidas. Así irá cambiando, una vez más, el rostro de los pampeanos.